CONSTATANDO HECHOS

imagesCompartimos y difundimos esta columna cuya autoría pertenece a Ricardo Andrée (Sacerdote Mayor), para compartir con nuestros lectores una visión contextualizada de los hechos que hoy nos afectan directamente como chilenos, pero que tienen causas más profundas y efectos más definitorios, para bien o para mal y que no siempre logramos ver en medio de la urgencia, el ego y la costumbre religiosa que no logra explicar el origen de lo que mal predican y sumen a la mayoría creyente en una vorágine de ignorancia, miedo e incomprensión.

-La hora de la Revolución Espiritual en el Hombre-

Hoy son las deflagraciones que consumen hectáreas preciosas de vegetación nativa, bosques, pastizales, y entre sus flamas también sucumben casas, miles de hogares, y desgraciadamente también vidas de hombres de buena voluntad calcinados por las llamas o asfixiados por el acre humo que envuelve la mitad de Chile en este extraño y caluroso verano del año 2017.

Hay mucho que hacer: comenzando por agilizar la pesada maquinaria del Estado que ante estos hechos no previstos, no al menos de una magnitud como la vivida en estos días, se mueve con enervante lentitud; una coordinación efectiva, dinámica, entre las instituciones no gubernamentales y ciudadanas, de socorro y de distintas áreas de ayuda y especializadas en el enfrentamiento de catástrofes podría evitar el lamentable espectáculo constatado en la actual ola de incendios que ha visto a muchas organizaciones e instituciones actuando por propia cuenta, con abnegación y medios propios, y sin ayuda del Estado, dispersas.

Chile es un país frágil y está siendo seriamente afectado por una secuencia de eventos desde el año 2010: terremoto y tsunami de febrero de aquel año. Posteriormente: los aluviones en el norte. El temblor y tsunami en Coquimbo. Los incendios de Valparaíso. Las marejadas constantes en el litoral marítimo. Y este voraz incendio con más de 64 focos extendidos por varias regiones del país nos dice y avisa que debemos prepararnos de mejor manera, en todos los flancos y frentes.

Y el aspecto espiritual NO puede estar ajeno a estos hechos que no dejarán de acontecer.

El hombre y mujer de este país debe asumir la enseñanza que nos entrega la realidad: aquello que nos parece seguro y es causa de nuestra sensación de bienestar y nos regala reposo y paz con su belleza…puede terminar y convertirse en cenizas, en destrucción y escombros: en un día o en un año de sequía, o ante el despertar de un volcán, o por agua inundándonos, o por fuego incinerando el suelo en el cual habitamos.

Y debemos asumir además que aquello que no peligra por causas amenazantes inevitable, imprevistas, es seriamente emboscada por la corrupción de una clase política sin pudor ni vergüenza, por un mercado perverso y entretejido por redes de colusión y usuras, por un sistema laboral y de jubilaciones evidentemente malévolo y esclavista, por un régimen de salud destinado al lucro y no al servicio, por una educación de magros y anquilosados contendidos, y ciudades contaminadas sin remedio…amén de una minería alocada dispuesta a envenenar todo a su paso y dejar al país sin agua para regadíos y para consumo humano.

Aquello que se esgrime como ‘inseguridad ciudadana’ debido a los delitos comunes, en realidad son el último reflejo de lo anterior aquí enumerado sumariamente. La pobreza encubierta, y una ‘clase media’ absolutamente desprotegida y victimizada por las deudas y prisionera de su propio arribismo, comparada con la suntuosa riqueza y lujos de las minorías ricas en un país pobre que quiere presentarse como ‘emergente’ conlleva a que la sensación de bienestar – que supuestamente muchos gozan – no sea percibido ni tenga asidero en la realidad de muchos y muchas que nunca llegarán a dichos estándares de ‘buen pasar’. La delincuencia aparece entonces cuan vía breve para lograr aquello que otros parecen ‘gozar’. Y como los ejemplos de corrupción e inmoralidad, de estafas y malversaciones, de grandes operaciones comerciales fraudulentas pululan por doquier, sin que tales fechorías tengan castigo real, menos cárcel…entonces la delincuencia se justifica a sí misma ante este espejo sucio que se refleja desde ‘el poder’.

Las religiones no tienen respuestas reales para el Hombre: son parte del problema.

La Espiritualidad del Hombre puede transformar la realidad: la personal, la colectiva, la de una nación… la del Mundo.
Un Hombre (varón y/o mujer) que cultiva su Espíritu y busca sostener una relación Espiritual con Dios puede alcanzar caminos altos de conciencia y con ello queda ante Tomas de Decisiones que sin duda cambiarán su enfoque y visión de la realidad.
Sin embargo, un Hombre solitario, aislado, no cambiará su entorno, ni podrá tener participación en la revolución que este Mundo necesita con urgencia denodada.

Y no hay Hombre Espiritual que lo sea sin una relación con una fuerza superior.

Pero por sobre todo: no es un Hombre Espiritual aquel cuya única meta inicia y culmina en el ‘yo’ y el mentiroso ego.

Fundamental es entonces seguir la indicación de toda buena divinidad y maestría: primero OBTENER la LUZ, y luego IRRADIAR la LUZ. Primero nutrirse a Si Mismo, y enseguida NUTRIR a OTROS; primero reforzar la propia Fe: para más tarde investir la Fe de otros; primero cuidar el propio pozo a fin de dar de beber agua limpia a los que padecen de sed espiritual; primero preparar los oídos del Espíritu y saber escuchar para enseñar a escuchar por los oídos espirituales a quienes padecen de sordera ante la verdad de Dios. Ver con los Ojos del Espíritu para dar vista a los ciegos espirituales. Ser rico de Espiritualidad para alimentar y ayudar a los pobres en espíritu. Vivir la Misericordia para ser misericordiosos. Vivir el Amor del Creador para sembrar paz con el Amor de nuestros corazones. Vivir la Paz en Uno Mismo para luchar por la Paz entre los Hombres. Iluminar lo oscuro y vencer los abismos en Uno Mismo para ayudar a vencer a quienes están hundidos y perdidos.

Esta Siembra de espiritualidad no pide remuneraciones y carece de tarifas, no obliga a membrecías bajo amenazas ni promete paraísos y seguridades terrenas llevadas a Lo Celestial. Esta relación de Entrega y Receptividad se basa en el COMPROMISO y RESPETO que implica un mutuo y reciproco esfuerzo, ofrenda, rigor y COHERENCIA.

Así como quién Entrega se sacrifica por otros, así también quién Recibe debe esmerarse por lograr la propia Nutrición y la buena Administración de las herramientas que favorecen su Camino Espiritual. No hay ‘favores’, ni ‘deudas’: hay alguien que se engrandece ante Dios y crece en espiritualidad y Conciencia (quién Da) y hay otra persona que se engrandece de Fe y de nueva alimentación que le hará Cambiar y revolucionarse en el sentido, siempre, de la Voluntad del Creador que subyace en el interior de toda persona.

De esta Espiritualidad hablamos. Y como no hay Espiritualidad ‘genérica’ y todo lo Espiritual está ligado de algún modo a realidades que no son de este Mundo (‘el reino de mi Padre no es de este Mundo’- JesùsCristo) es vital e imprescindible sostener un lazo sólido de unidad y de Pertenencia con un Poder que no es humano, ni natural de este Mundo, que finalmente nos permite trascender, superar la muerte y alcanzar Vida prescindiendo del cuerpo físico y liberándonos de esta franja de Tiempo que nos encarcela, envejece y enferma.

Muchos o variados son los buenos instrumentos y medios: pero cualesquiera sean esos eficientes métodos, rituales, formas y herramientas al final siempre debemos alcanzar la unidad con la Fuerza Superior que nos ha guiado , inspirado y dado su Luz para llegar al techo de este Micro Cosmos y entrar a los planos del Macro Cosmos.

Los conflictos por los medios, métodos, formas…o si tal libro o tal otro son los ‘únicos’… o si tal metodología o sistema no es correcto porque pertenece a otra cultura o tradición religiosa… es una pelea mundana entre quienes ven al Hombre como centro de lo divino (pequeños dioses), y los logros humanos como metas máximas, y las religiones como al reino del cielo en la tierra.

El Camino Espiritual, y el Gobierno del Espíritu en el Hombre y su relación con Dios nunca han sido para que el Hombre finalmente sea bueno o bien logrado en lo mundano. Precisamente por Ser Espiritual y Coherente con su Fe activa y manifiesta es que llega a convertirse en el mejor de los Humanos, y sus logros pueden verse desde afuera como producto de su propio talento: pero bien sabemos quiénes practicamos y vivimos bajo el Gobierno del Espíritu – y tenemos clara nuestra pertenencia al reino de Dios – que es Lo Espiritual y la Coherencia con la Fe que practicamos, ( y porque sembramos en otros la Luz que ya hemos obtenido, no dejando pasto para el egoísmo y el ego) , aquello que nos entrega logros que NO pretendemos, ni nos esmeramos pensando en ellos: son el efecto de la Acción Espiritual que nos llama a nunca dejar de nutrirnos de Dios y siempre entregar a otros la Luz que vamos adquiriendo…no para nosotros… sino para que el Reino de lo Divino avance con su Plan entre los Hombres.

Entonces vamos y leemos el Sermón del Monte enseñado por JesúsCristo y podemos asegurar que tal manifiesto de Espiritualidad Coherente es REAL y absolutamente cierta si hay Entrega y Confianza en Cristo.

Cristo no es quién nos han inculcado en las aburridas repeticiones de la tradición religiosa de la cristiandad. Cristo no es un ser muerto en una cruz. Cristo no empieza y tampoco culmina con Jesús. Cristo NO pertenece a religión alguna: es Dios y NO depende de los Hombres.

La gran revolución es transmutar los paradigmas y cambiar la Visión sobre el Cristo y sepultar la apostasía de las religiones institucionales que trabajan para sí mismas; y debemos alcanzar al Cristo de la Resurrección, de la Vida, y del Milenio de Paz que se halla en Vísperas.

Estamos en pleno TIEMPO de TRIBULACIÒN y Cambios. No será breve. No pasará rápido. El corazón de la Tribulación no ha llegado aún. Los mayores Saltos de Cambios no los hemos visto y vivido aún: miremos a nuestro entorno, usemos los medios tecnológicos a nuestro alcance para Observar la Realidad del Mundo y del Hombre…y luego colóquense ante la Opción de Ser y Hacer parte de esta Revolución Espiritual Cristica.

Es mi llamado y propuesta ante los hechos… mirando y constatando los hechos, cercanos y lejanos, que dan su oscura fisonomía a los tiempos que vivimos. Hoy es la hora de la Revolución Espiritual en el Hombre.

(Sé que esta vivencia y propuesta de mi parte no siempre es atendida ni comprendida o compartida por quienes reciben de mi parte enseñanza de I Ching e iniciaciones en el sistema de Meditación Flor de Oro. Y justamente de eso hablo: de romper paradigmas y esquemas, y unir lo que Dios une, y no separar y compartimentar como hacen las castas religiosas cuyo propósito es apartar al Hombre de Dios y hacer creer que lo Espiritual es exclusivamente la religión, y lo de Dios sólo proviene de los sarcófagos de la propia institucionalidad, agrupación, cultura o tradición. DEBEMOS ROMPER con esa trampa sectaria)
Y mientras escribo estas palabras el incendio en Chile sigue quemándonos, y más pueblos deben evacuar para no morir entre las brasas y el humo. ¿Esta realidad cruenta y terrible…tendrá o no una respuesta Espiritual que permita CAMBIAR esta realidad?